La habilidad para construir con nuestras propias manos es, posiblemente, una de las más gratificantes. Yo no encuentro placer mayor. Con curiosidad, creatividad y capacidad en la resolución de problemas, todo es posible, desde crear un ejercito intergaláctico hasta volver a la vida un extraño instrumento escondido a la historia.
Los instrumentos llegaron a mi vida casi por casualidad y se quedaron por vocación, la darles una nueva voz y una nueva vida. Los instrumentos no son desechables, no son de usar y tirar. Hasta el más humilde merece ser reparado. De sus debilidades y flaquezas aprendí, y sigo aprendiendo un oficio que es pura artesanía.
También soy Licenciado en Biología y experto en Didáctica, pero esa es otra historia.